viernes, 3 de octubre de 2008

Creación de la Flota Mercante del Estado

“En el transcurso de la segunda guerra mundial el, gobierno británico había anunciado la imposibilidad de seguir abasteciéndonos de petróleo y carbón.
Teniendo en cuenta el peligro que ello significa para el desarrollo de la vida económica, social y política de país, y como medida para contrarrestar esa emergencia, el doctor Castillo resolvió adquirir los barcos italianos y dinamarqueses que estaban refugiados en nuestro Puerto.
La intervención del Embajador de EE.UU. de Norte América Mr. Norman Armour, fue decisiva, consiguiendo de los países aliados, la autorización pertinente, sin la cual no hubiera sido factible la operación por tratarse de buques de banderas beligerantes, que no podían navegar libremente.
Esta adquisición permitió la creación de la Flota Mercante del Estado, hoy orgullo nacional.
Alrededor de 360.000 toneladas de mercaderías fueron transportadas en pocos meses por los barcos de la Flota Mercante y novecientos hombres de su personal de mar, en plena actividad, dieron índice cabal de su importancia.
Recuerdo las palabras del doctor Castillo al izar la bandera nacional en las primeras 16 naves de nuestra incipiente Flota, que transcribo pues tienen hondo sentido patriótico y profético:



“Estos buques que empavesados vemos a nuestro alrededor, son una llamada elocuente a la solidaridad nacional. Comprados con el dinero de la Nación nos invitan a deponer disidencias. Dejemos de vivir como propias las ambiciones, los prejuicios, las ideologías extrañas y busquemos en la profunda y rica realidad nacional, la fuente inspiradora de nuestros ideales”.

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